evite caídas

Mientras su hijo se encuentra aquí, puede sentirse mareado o débil. La enfermedad, los procedimientos, los medicamentos o incluso el mero hecho de estar recostado durante demasiado tiempo pueden hacer que a su hijo le falte el equilibrio cuando está de pie.

Para mantener a su hijo a salvo:

  • Asegúrese de que su hijo sepa cómo usar el botón para llamar al personal de enfermería.
  • Informe al personal de enfermería si abandona la habitación.
  • Asegúrese de que la cama o la cuna esté trabada y lo más cerca posible del suelo, y de que las barandas laterales estén subidas y trabadas.
  • Pregúnteles al médico o al personal de enfermería cuánta actividad es la adecuada para su hijo.
  • Preste especial atención si su hijo necesita muletas, andador o yeso. Su hijo podría no estar familiarizado con cómo se sienten o se usan estos elementos.
  • Ayude a su hijo si necesita ir al baño o levantarse por algún motivo. Informe al personal de enfermería si necesita ayuda adicional.
  • Asegúrese de que su hijo use calcetines o calzado antideslizantes.
  • Mantenga cerca los objetos preferidos de su hijo o aquellos que usa con frecuencia (anteojos, control remoto, juguetes, etc.).
  • Asegúrese de que su hijo no juegue con equipos médicos, como sillas de ruedas o portasueros.

 

Con su ayuda, podemos garantizar que su hijo esté a salvo.

Riesgo de caídas

Los médicos y el personal de enfermería controlarán regularmente a su hijo para determinar si corre riesgo de caerse. Si esto sucede, es posible que su hijo deba usar una banda de identificación especial y que se implementen reglas especiales para protegerlo. En caso de tener preguntas sobre el riesgo de caídas de su hijo, hable con el personal de enfermería.